Guillermo Gil, 73 x 60 cm, óleo sobre lienzo. La Foradada es un lugar emblemático de la isla de Mallorca seleccionado por diversos artistas como protagonista de sus obras, normalmente se suele representar el paisaje con la mítica roca agujereada que da nombre a este paraje, pero Gil ha escogido las vistas desde una cala a nivel del mar. Este paisaje presenta los elementos que caracterizan las obras de Gil, un mar quieto y calmado por el que navega una embarcación, en primer plano unas rocas de tonalidades terrosas bañadas en aguas cristalinas y un fondo protagonizado por unas montañas verdosas.
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El paisaje mallorquín es el tema predilecto de Guillermo Gil en el que las vistas de la zona de Deyá son una constante. Desde el punto de vista formal sus cuadros presentan una variedad técnica, éste en concreto, presenta unas pinceladas más suaves y con menos textura en comparación con otras obras como ''Marina en Deyá'' en la que se aprecia una sensación matérica conseguida a través de la espátula. Las tonalidades frías procedentes del mar azul con detalles verdes esmeralda y azules turquesas junto con el verde de las montañas contrastan con las tonalidades cálidas procedentes de las rocas, estos contrastes tonales se convierten en elementos que caracterizan sus composiciones. La obra se encuentra en un buen estado de conservación y no presenta enmarcado.
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