Rafael Pomar i Nadal (Palma, 1939 - Puigpunyent, 2007)

Rafael Pomar nació en Palma el 24 de abril de 1939 y es un artista que es y ha sido admirado por los isleños por su inmensa labor artística que ha desarrollado en la isla mallorquina. Se mudó a Mallorca con su familia tras su paso por el colegio Salesiano de Barcelona (Horta) donde cursó sus primeros estudios. Con posterioridad consolidó su vertiente artística en su paso por la Academia de arte de San Fernando en Madrid y lo culminó con sus varios viajes por Europa y Argelia. Su carácter controvertido y bohemio le alejarán del formalismo y el academicismo que siguen pintores contemporáneos a él. Rafael seguirá una carrera autodidacta como pintor y ensayista de la pintura mallorquina, teniendo en cuenta que su primer maestro fue el artista adscrito a la “Escola Pollencina” Tito Cittadini siendo evidente su influencia en su primera etapa artística y del que aprendió la libertad y la humanidad de la pintura. Su primera exposición fue en 1962 en el Círculo de Bellas Artes donde se relacionó con otros artistas y literatos como es el caso del poeta e historiador Ángel Crespo quién le presentó al crítico de arte José Bauzà que quedó encandilado por la expresividad, dramatismo y realismo que plasmó Pomar en sus cuadros. Pomar realizó una de sus últimas exposiciones en el 2003 con la galería Matisos en la Colònia de Sant Jordi.

En su primera etapa vive un acercamiento a la pintura postimpresionista de la escuela pollensina, es una pintura paisajista y costumbrista; sus personajes, que son figuras inestables, recrean una acción cotidiana sin más pretensiones en la composición; los paisajes sin embargo, los emborracha de luz y colores limpios, consiguiendo cuadros de gran belleza.

En la siguiente etapa, sin condicionarse a ninguna corriente y en su búsqueda de la exaltación, viaja al desierto de Argelia. De estos años son los cuadros que ya no reflejan el realismo del entorno del pintor tal como es captado, son pinturas más duras y pesadas, hasta cierto punto cargadas de un fuerte dramatismo, de formas voluptuosas, los paisajes crepusculares y los retratos intensos. Así se puede describir ahora, como una pintura más expresionista. En cualquier caso, el pintor continúa demostrando su buen hacer con los pinceles y los tubos de colores que gasta en sus cuadros, algunos de gran formato, sin mesura. Todo lo que tiene así se lo gasta con la pintura y el vivir desenfrenada-mente, como sintiéndose en una eterna juventud y generosidad que le llevarán al borde de la ruina, hasta su muerte en Puigpunyent en julio 2007.

Fuentes: Marta Pomar (sobrina del artista); José Bauzà (crítico de arte)