Bernardino Celiá, 60 x 73 cm, óleo sobre tela. Pintura de estilo postimpresionista. Representa una vista del pueblo de Alaró en el centro, con las montañas en segunda instancia. La paleta se mueve entre tonalidades verdes claras y oscuras, así como ocres y marrones claro. En el primer plano, la pincelada es dinámica y rápida para crear efectos de movimiento en la vegetación, usando colores más claros, dando así luz a la composición, mientras que en las montañas los colores se vuelven oscuros y las masas de pintura más leves, creando un conseguido efecto de profundidad. Este es un claro ejemplo postimpresionista dentro de la pintura de Celiá, y de su uso exclusivo de colores para crear los efectos de luz y sobra de las montañas mallorquinas.
Hablar de la obra de Bernardino Celiá supone hablar de un maravilloso recorrido por el paisaje y los rincones de Mallorca. A lo largo de su trayectoria ha representado estos elementos de formas muy distintas, pero siempre con ese rasgo enérgico y libre que caracteriza su pintura. En los años 50 ya veíamos una temprana obra que le acercaba al academicismo, con la influencia de Josep Ventosa. Aun podemos divisar un claro uso de la línea y el dibujo, con pinceladas suaves y meditadas para crear una figuración detallista que subordina el uso de luces y sombras. Éstas, sin embargo, tomarán protagonismo en los 60, cuando la paleta de colores oscila entre los tonos más contrastados, con una saturación rebajada y golpes de pintura creando formas angulosas que pueden llegar a la abstracción. Podríamos hablar aquí de una clara influencia expresionista en sus pinturas, la cual se prolonga en la década de 1970. En esta etapa se da una mayor figuración y movimiento. Ambas características lo llevan hacia su etapa posimpresionista de la que nacerán obras como “Alaró” o “Grises, Bunyola”. El posimpresionismo culminará en los años 80, que supondrá dejar de lado el detallismo y trabajar con abundantes toques de pintura, jugando con las luces y los tonos tan características del Mediterráneo. La obra de Bernardino Celiá nos transmite fuerza, energía y libertad, no son paisajes de calma sino maravillosas ventanas hacia una Mallorca viva y majestuosa.
El cuadro presenta firma de reata, así como una dedicatoria (eliminada con Photoshop en la fotografía por la ley de protección de datos). El marco del cuadro “Alaró” es de pan de oro muy envejecido. Se encuentra en buen estado de conservación, con apenas algunas marcas por el paso del tiempo.
Bernardino Celiá, 60 x 73 cm, óleo sobre tela. Pintura de estilo postimpresionista. Representa una vista del pueblo de Alaró en el centro, con las montañas en segunda instancia. La paleta se mueve entre tonalidades verdes claras y oscuras, así como ocres y marrones claro. En el primer plano, la pincelada es dinámica y rápida para crear efectos de movimiento en la vegetación, usando colores más claros, dando así luz a la composición, mientras que en las montañas los colores se vuelven oscuros y las masas de pintura más leves, creando un conseguido efecto de profundidad. Este es un claro ejemplo postimpresionista dentro de la pintura de Celiá, y de su uso exclusivo de colores para crear los efectos de luz y sobra de las montañas mallorquinas.