Josep Puigserver, 82 x 116 cm, óleo sobre tela. Pintura de la segunda mitad del siglo pasado en la que el artista deja plasmado, con un cierto estilo naïf, un paraje emblemático de la costa de tramuntana como es el pueblo de Valldemossa. El cuadro recoge las peculiaridades del paisaje montañoso mallorquín, como son las oliveras, ses merjades (bancales) y los riscos rocosos; en el centro de la composición luce la Cartoixa; edificio emblemático de la isla que acogió, en el duro invierno de 1838-39, la estancia por 95 días, del músico Chopin y su pareja Jorge Sand.
Obra del pintor Jose Puigserver. De nuevo, como ya ocurriera con el cuadro de la Torre de Ses Ànimes, la composición nos recuerda a un cuadro de Canalleto, en el que el cielo nos ocupa la mitad del cuadro con gran protagonismo. Pintor palmesano y afincado desde su niñez en Algaida. Despues de formarse y licenciarse en filosofía y humanidades, dedico su tiempo a formarse en las bellas artes, pasando por el estudio del maestro Miralles. Expuso en Mallorca, Barcelona y en diferentes ciudades de Francia. Fue condecorado con diferentes premios en Francia, Barcelona y Palma. Sus paisajes fueron reconocidos por Gaspar Sabater, como la vanguardia del paisajismo mallorquín de la década de los 50 y 60. El cuadro está enmarcado con marco dorado antiguo, de la época. La pintura está en buen estado.
Josep Puigserver, 82 x 116 cm, óleo sobre tela. Pintura de la segunda mitad del siglo pasado en la que el artista deja plasmado, con un cierto estilo naïf, un paraje emblemático de la costa de tramuntana como es el pueblo de Valldemossa. El cuadro recoge las peculiaridades del paisaje montañoso mallorquín, como son las oliveras, ses merjades (bancales) y los riscos rocosos; en el centro de la composición luce la Cartoixa; edificio emblemático de la isla que acogió, en el duro invierno de 1838-39, la estancia por 95 días, del músico Chopin y su pareja Jorge Sand.
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Puigserver, Jose. Valldemossa
Josep Puigserver, 82 x 116 cm, óleo sobre tela. Pintura de la segunda mitad del siglo pasado en la que el artista deja plasmado, con un cierto estilo naïf, un paraje emblemático de la costa de tramuntana como es el pueblo de Valldemossa. El cuadro recoge las peculiaridades del paisaje montañoso mallorquín, como son las oliveras, ses merjades (bancales) y los riscos rocosos; en el centro de la composición luce la Cartoixa; edificio emblemático de la isla que acogió, en el duro invierno de 1838-39, la estancia por 95 días, del músico Chopin y su pareja Jorge Sand.