Guillem Bestard, 33 x 42 cm, óleo sobre tela en tabla. Obra paisajística del termino de Pollença. El torrente es muy conocido en el termino municipal y alcanza a esta área nombrada "La Gola". De nuevo, la composición del cuadro tiene mucha influencia de los conocimientos de la fotografía que Guillem Bestard había adquirido. Un primer término de contrastes lumínicos con claro-oscuros y un fondo de montañas en tonos morados, proporcionando profundidad y lejanía al paraje. La pincelada es gruesa y resuelta enérgicamente. Lo que recuerda a la técnica de su amigo Hermen Anglada-Camarasa.
Por la pincelada y la técnica pudiera tratarse de una pintura de la época temprana, entendiendo los parámetros entre conocer a los pintores de la "escuela" de Pollença y su madurez, así podría tratarse de una obra entre la segunda década y principios de la tercera del siglo pasado. Se inició en la pintura, especializándose en los retratos y los paisajes, tras haber conocido y dominado la técnica fotográfica que es por lo que generalmente es conocido. Gracias a la "fonda" de su familia se relacionó con artistas como Anglada Camarasa, Antoni Gelabert, Santiago Rusiñol, Joaquim Sorolla y los artistas de la Escola de Pollença, entre tantos otros. En esta obra paisajística se pueden observar las influencias y relaciones directas con esta "Escola de Pollença" (Anglada Camarasa) en: la ubicación geográfica de Pollença, importancia de la captación de la luz y la pincelada rápida. Su conocimiento fotográfico se ve reflejado en el tipo de encuadre de la composición además de la gran profundidad de campo entre el primer plano y el final. La obra presenta un estado bueno de conservación. No se pude decir lo mismo del marco, que recomendamos cambiarlo.
Guillem Bestard, 33 x 42 cm, óleo sobre tela en tabla. Obra paisajística del termino de Pollença. El torrente es muy conocido en el termino municipal y alcanza a esta área nombrada "La Gola". De nuevo, la composición del cuadro tiene mucha influencia de los conocimientos de la fotografía que Guillem Bestard había adquirido. Un primer término de contrastes lumínicos con claro-oscuros y un fondo de montañas en tonos morados, proporcionando profundidad y lejanía al paraje. La pincelada es gruesa y resuelta enérgicamente. Lo que recuerda a la técnica de su amigo Hermen Anglada-Camarasa.