Casimir Tarrassó, 33 x 41cm, óleo sobre tabla. Pintura paisajista de una cala mallorquina que no se ha podido reconocer. La pincelada es suelta, enérgica y muy empastada recordando al estilo post-impresionista de finales del XIX. La paleta es limitada a verdes y azules, pero eso no implica que no haya una gran riqueza de matices ya que se van superponiendo unos colores sobre otros. El encuadre es de estilo fotográfico y descontextualizado dando una sensación de inestabilidad.
Esta obra es el resultado de una de sus estancias artísticas en Mallorca donde realizaba una gran cantidad de paisajes por la luz particular de la isla. Esta afición por acercarse a la isla a pintar se inició en 1935 y desde 1940 hasta su muerte tuvo un taller en la isla. Fue ampliamente reconocido ya que en 1962 recibió el Premio de Pollença. De su influencia fauve podemos observar cómo no tiene interés alguno por la figura humana, la posición retorcida del paisaje (basta simplemente observar la forma en la que ha plasmado las rocas) y la perspectiva exagerada sin un punto de fuga definido; y de su influencia de Joaquim Mir podemos observar su predilección por los paisajes. El resultado es una pintura con un cromatismo muy marcado y de un resultado sensorial y vitalista.
La obra presenta un muy buen grado de conservación y está bien enmarcada. El marco es dorado y presenta una vitrina trasera donde deja ver la firma de reata del artista. Esta obra, por otro lado, está certificada por María José Corominas.
Tarrassó, Casimir (0003)
Ficha de datos
Artista / Realizador ...
Casimir Tarrassó
Título / Tema ...
Costa de Mallorca
Técnica / Materiales ...
Óleo
Soporte / Utillaje ...
Tabla
Medida Alto (cm) ...
33
Medida Ancho (cm) ...
41
Firma / Certificado ...
Firma en la obra y firma de reata por el artista
Época / década / año, ...
Primera mitad del siglo XX
Estilo / Movimiento ...
Paisajismo mallorquín
Catálogo / documentación / Informes ...
Se entrega con certificado por María José Corominas
Casimir Tarrassó, 33 x 41cm, óleo sobre tabla. Pintura paisajista de una cala mallorquina que no se ha podido reconocer. La pincelada es suelta, enérgica y muy empastada recordando al estilo post-impresionista de finales del XIX. La paleta es limitada a verdes y azules, pero eso no implica que no haya una gran riqueza de matices ya que se van superponiendo unos colores sobre otros. El encuadre es de estilo fotográfico y descontextualizado dando una sensación de inestabilidad.