Josep Ventosa, 60 x 73 cm, óleo sobre tela. Pintura de mediados del siglo XX de gran factura del pintor catalán, inspirado por las oliveras milenarias de la Serra de Tramuntana de la isla de Mallorca. Con esta obra Ventosa se encuentra inmerso en la pintura paisajista, teniendo como tema principal los campos de Mallorca, centrándose en muchos de sus cuadros, como este mismo, en las oliveras de los caminos que rodean las montañas de la costa norte de la isla. Destacan las copas tupidas de numerosos verdes, grisaceos y azulados, confrontando en ellas la luz y la sombra; sostenidas por robustos troncos que marcan en muchos de ellos sus cientos de años. Estos cuadros inspiraron a muchos otros pintores de la isla.
Óleo del pintor Josep Ventosa en el que aparece el título y la firma en toda una nota de reata que incluye una enumeración (nº 766), la técnica y la medida, todo escrito a mano en una especie de ficha (probablemente de la galería) adherida al lienzo. También aparece un sello borroso en el que apenas se lee J. Rigol Ginebra (Barcelona), ello delata que el lienzo fue adquirido por el pintor en esta prestigiosa tienda de material de bellas artes abierta en las céntricas calles de la ciudad de Barcelona por el también pintor Joan Rigol Ginebra (Barcelona, 1892-1962), pupilo de Francesc Hernández Monjo, que dedicó parte de su vida a la música como gran pianista y en la última etapa de su vida se dedicó al comercio de material de pintura. Josep Ventosa llevaba años instalado en Mallorca ensayando con la luz y el color de la isla, a partir de estas obras y otras por encargo, en ocasiones de gran formato, el pintor ya no abandonará el paisajismo como tema principal de su pintura y por ello recibirá el reconocimiento mundial de los mejores críticos de arte. El cuadro se encuentra en muy buen estado de conservación. Su marco plateado ha sido bien cuidado y apenas muestra señales de uso.
Josep Ventosa, 60 x 73 cm, óleo sobre tela. Pintura de mediados del siglo XX de gran factura del pintor catalán, inspirado por las oliveras milenarias de la Serra de Tramuntana de la isla de Mallorca. Con esta obra Ventosa se encuentra inmerso en la pintura paisajista, teniendo como tema principal los campos de Mallorca, centrándose en muchos de sus cuadros, como este mismo, en las oliveras de los caminos que rodean las montañas de la costa norte de la isla. Destacan las copas tupidas de numerosos verdes, grisaceos y azulados, confrontando en ellas la luz y la sombra; sostenidas por robustos troncos que marcan en muchos de ellos sus cientos de años. Estos cuadros inspiraron a muchos otros pintores de la isla.