Jacques Koslowsky, 81 x 65 cm, óleo sobre lienzo. Bodegón compuesto a partir de un jarrón de cristal dispuesto sobre un taburete de madera y cordado típico mallorquín. La escena tiene lugar en un interior, una sala de una vivienda posiblemente. Consiste en una obra muy colorista configurada a partir de una paleta de colores viva e intensa, cuyas tonalidades cálidas y frías forman fuertes contrastes cromáticos. Por otro lado, la pared y el suelo se convierten en dos polos opuestos, no solo a nivel cromático, sino por la dirección de la pincelada, llegando a crear cierta sensación de movimiento. El artista aplica el color mediante una pincelada gruesa, tosca y rápida.
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Esta obra pertenece a la etapa en Mallorca, donde sustituyó los desnudos parisinos por bodegones que solía pintar desde su casa. En Mallorca el artista sufrió un cambio de actitud que se refleja en la temática de sus obras, plasmaba las calles y casas de Buñola, el pueblo donde se estableció, así como vistas marinas o paisajes rurales de otras zonas de la isla como los pueblos de Bañalbufar y Deyá, y la ciudad de Palma en sus inicios. La obra se encuentra en buen estado de conservación; presenta enmarcación.
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