

Erwin Hubert, 39 x 29 cm, impresión sobre seda. Retrato de un joven alegre sobre un fondo neutro. El joven se muestra de frente al espectador y gira la cabeza hacia su izquierda a donde dirige su mirada; coloca las manos sobre la cadera con una gran sonrisa en su rostro. Se puede suponer que se trata de un joven mallorquín, y no menorquín o ibicenco, tanto por la vestimenta, como por el hecho de que el artista se afincó en Mallorca. El chico joven viste bombachos, los pantalones tradicionales conocidos como ''bufes'', a modo de cinturón un cordel en la cintura, una camisa, y sobre ésta, una chaqueta, finalmente, un pañuelo le cubre la cabeza.
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En lo que respecta a la cronología de la obra, se desconoce la fecha exacta pero se puede hacer una pequeña aproximación teniendo en cuenta dos factores: la cronología de las diferentes etapas que pasa el artista en la isla, hasta instalarse definitivamente en la década de los 40 del siglo XX, y, por otro lado, la vestimenta. El uso del traje tradicional entre la población mallorquina se extendió hasta finales del siglo XIX y principios del XX; por lo tanto, se podría fechar a principios del siglo XX, durante su primera estancia entre 1904-1907, puesto que, en 1907 regresa a su país y no vuelve hasta 1920. Esta obra, muy probablemente, la realizó juntamente con otra pieza a modo de pareja, en el que retrata a una joven mallorquina que dirige su mirada hacia su derecha; cruzando así las miradas. La pieza presenta marcas evidentes del paso del tiempo, a pesar de ello, presenta buen estado; presenta enmarcación.
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