Pulse (Spanda)
Parte del texto escrito para la exposición "Pulse (Spanda)"
Cuando los hombres lo enrollan Espacio como si fuera una piel, entonces vendrá el fin del dolor sin conocer a Dios.
Śvetāśvatara-upaniṣad
La palabra Spanda, que del sánscrito alude a la pulsación primordial o vibración creativa en todo el universo, sirve para enmarcar la obra que se instaló en el DAC Arte Contemporáneo, donde el espectador se encuentra frente a un gran óvalo (diafragma) que respira y mueve como si fuera una ola. El espacio está intrínsecamente conectado con el tiempo y el sujeto transita en el intervalo entre los dos límites de la respiración. Esta membrana (matriz) podría considerarse como un umbral que cambia continuamente desde su forma cóncava, que invita al visitante a asomarse al espacio vacío, a la forma convexa, que lentamente invade la sala obligando a los espectadores a retirarse. Me gusta subrayar la aparente dualidad entre presencia y vacío, interior y exterior, acogida y empuje, femenino y masculino; Aparente porque es la misma membrana que, gracias a las diferencias de presión atmosférica, pasa de un lado a otro de la habitación. La mayor parte del tiempo el espectador permanece en el territorio entre la inhalación y la exhalación, donde todo es posible; la membrana se convierte en pura posibilidad plástica, como ondas, todas parecidas pero ninguna igual. Pulse (Spanda) responde así a la intuición de que ya no somos los únicos que transitamos por el espacio inmóvil y pasivo, sino que ese espacio también se mueve a nuestro alrededor. Nada se detiene, todo late.
Imágenes: Silvia Invernici