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Tomás Horrach Bibiloni, 38 x 46 cm, óleo tierra. Pintura que muestra un elemento muy común en los campos de la regiones gallega y asturiana. El hórreo se utiliza para proteger la cosecha de trigo y cebada de los roedores que merodean los cultivos y de la humedad del lugar. Se reconoce a este hórreo como gallego por ser de planta rectangular. La piedra que sirve de base y que separa la "caseta" de los pegollos es la pieza clave de estas arquitecturas que imposibilitan el acceso a los animales que lo intentan. Sin embargo, los animales domesticados del campo son un tema muy frecuente en la obra de Tomás Horrach y parecen posar junto a la construcción, retratados así, con gran realismo. La pintura es pulcra de pincelada delicada como nos tiene acostumbrados este pintor.
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El pintor siempre rerflejó en su pintura el realismo natural y sin artificios. Reflejaba con una resolución única, la belleza del paisaje y creo escuela en Mallorca, siendo uno de los pintores más destacados de la pintura academicista de la segunda mitad del siglo XX. Tomás Horrach visitó nuestra primera galería en varias ocasiones. Antonio Sampol: "Tuve el honor de compartir conversaciones con Tomás cuando nos visitó en la 1ª galería de la calle Blanquerna (2009 - 2012). Debatimos sobre la deriva del arte, tal vez afectados y aquejados por la fuerte crisis que se inició en 2007." Este cuadro presenta una factura excelente.
Ficha de datos
Tomás Horrach Bibiloni, 38 x 46 cm, óleo tierra. Pintura que muestra un elemento muy común en los campos de la regiones gallega y asturiana. El hórreo se utiliza para proteger la cosecha de trigo y cebada de los roedores que merodean los cultivos y de la humedad del lugar. Se reconoce a este hórreo como gallego por ser de planta rectangular. La piedra que sirve de base y que separa la "caseta" de los pegollos es la pieza clave de estas arquitecturas que imposibilitan el acceso a los animales que lo intentan. Sin embargo, los animales domesticados del campo son un tema muy frecuente en la obra de Tomás Horrach y parecen posar junto a la construcción, retratados así, con gran realismo. La pintura es pulcra de pincelada delicada como nos tiene acostumbrados este pintor.
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