Miquel Rivera Bagur, 92 x 73 cm, óleo sobre tela, 1978. En esta obra de Rivera Bagur podemos observar, en un primer término, sus elementos típicos: una pareja, un adulto y un niño en un paisaje natural conformado por árboles -en este caso, almendros en flor dándole el título a la obra-, flores y pájaros todo realizado en estilo naïf. La pareja centra la composición mientras que el adulto descansando sobre un árbol y el infante están en la parte derecha. En el plano posterior se encuentran arquitecturas y otros personajes realizando actividades cotidianas.
Durante su época naïf (1959- 1999), que es cuando realizó esta obra, trabajó junto a Ernst Ehrenfeld -fotógrafo-. Su obra naïf destaca por el uso de un cromatismo vibrante, alegre e intenso en flores, árboles y personajes como se puede observar en el caso de esta obra. Todos los componentes suelen estar en un espacio tranquilo, sereno, sin conflictos e inocentes disfrutando de la alegría de vivir. En términos compositivos y técnicos destacan las simetrías, el detallismo y siempre presenta a los personajes desde un punto de vista frontal como podemos observar en la representación de la pareja y los niños, los demás personajes al estar realizando actividades esto no se cumple.
Esta obra presenta un óptimo grado de conservación y presenta una doble firma: en el ángulo inferior derecho y en el envés; en este último lugar, junto con la datación y la titulación. Presenta un marco clásico sin vidrio.
Miquel Rivera Bagur, 92 x 73 cm, óleo sobre tela, 1978. En esta obra de Rivera Bagur podemos observar, en un primer término, sus elementos típicos: una pareja, un adulto y un niño en un paisaje natural conformado por árboles -en este caso, almendros en flor dándole el título a la obra-, flores y pájaros todo realizado en estilo naïf. La pareja centra la composición mientras que el adulto descansando sobre un árbol y el infante están en la parte derecha. En el plano posterior se encuentran arquitecturas y otros personajes realizando actividades cotidianas.