María Carbonero, 55 x 45 cm, óleo y acrílico sobre papel. Obra de noviembre de 1985 (indicado en la propia obra) presenta un retrato femenino donde predominan los colores oscuros contrastados con un azul Klein y rojo vibrantes sobre la ropa y labios. Del rostro triste, casi serio, destacan su cabello, mirada y labios siendo esto último el punto de tensión de su rostro.
Este cuadro de noviembre de 1985 marca un antes y un después en su carrera artística. Es el inicio de la figuración dejando de lado el uso del lenguaje abstracto con el que se había iniciado con Ramón Canet (artista y amigo íntimo de Carbonero), además de ser el inicio de su sello artístico: la representación de rostros (en su mayoría mujeres). Esta recuperación de la figuración viene dada por una reaproximación a la obra de Modigliani que estudió en una etapa temprana de su carrera.
Retrata mujeres utilizando una gama cromática oscura y contrastada por rojo, amarillo o azul apareciendo o desapareciendo estos colores según la artista crea conveniente. Estas mujeres suelen estar en entornos tristes, desolados o miserables, y, aparecen con el cabello alborotado. El trazo es duro y rígido donde la artista lucha con el pincel para crear desde la sencillez. Esta obra, por otro lado, también es el inicio de la representación moral que Carbonero quiere aplicar en sus obras haciéndolo a través de las miradas intensas y únicas.
El cuadro presenta un buen estado de conservación. La obra está enmarcada tocando directamente el vidrio, esto no es recomendable para su conservación y recomendamos volver a enmarcarla de una manera óptima.
María Carbonero, 55 x 45 cm, óleo y acrílico sobre papel. Obra de noviembre de 1985 (indicado en la propia obra) presenta un retrato femenino donde predominan los colores oscuros contrastados con un azul Klein y rojo vibrantes sobre la ropa y labios. Del rostro triste, casi serio, destacan su cabello, mirada y labios siendo esto último el punto de tensión de su rostro.