Rafael Pomar, 19 x 24 cm, óleo sobre tabla. Escena costumbrista y paisajista de un zona rural de Mallorca. Presenta una pincelada suelta y empastada y ha usado una paleta de colores cálidos contrastada con grises azulados y verde. Las figuras están abocetadas y el rostro no se puede distinguir en ninguna de las figuras. El paisaje es el que tiene todo el protagonismo, en concreto el árbol que ocupa parte importante de la composición.
Esta obra es de la primera etapa del artista, por lo tanto, es anterior a su viaje a Argelia. Esta primera etapa se distingue por la realización de una pintura costumbrista y paisajista además de la introducción de personajes inestables recreando una acción cotidiana. La composición suele ser estable y el movimiento está representado por las figuras humanas retratadas de una manera abocetada. Los verdaderos protagonistas de sus obras son los paisajes. Éstos están llenos de luz, matices de color y contrastes creando una visión bella y onírica de la zona mallorquina. Otro aspecto importante de su primera etapa es que fue influenciado por la "Escola Pollencina" sin haber pertenecido a este grupo. Esta influencia se puede observar en la elección temática y en la pincelada suelta.
Esta obra está en un buen grado de conservación y está enmarcada sin vidrio. El marco es de estilo clásico y sencillo realizado con madera dorada.
Rafael Pomar, 19 x 24 cm, óleo sobre tabla. Escena costumbrista y paisajista de un zona rural de Mallorca. Presenta una pincelada suelta y empastada y ha usado una paleta de colores cálidos contrastada con grises azulados y verde. Las figuras están abocetadas y el rostro no se puede distinguir en ninguna de las figuras. El paisaje es el que tiene todo el protagonismo, en concreto el árbol que ocupa parte importante de la composición.